Fue en tiempos de los años veinte. Existían unos silos para guardar
el grano, unas chumberas y una choza donde vivía Petra.
A ésta pobre mujer la llamaban
Petra Macho por su aspecto varonil, y porque quizá fuese la primera mujer en
usar pantalones. Lamentablemente en aquellos tiempos, las mujeres no fumaban,
no usaban las tabernas ni iban al fútbol por temor a que las llamaran machos
pingos. Petra se ganaba la vida afeitando a los hombres y cuando los muchachos
iban a coger higos, corría detrás de ellos para que no volviesen a llevarse
el preciado fruto.
Me he tomado el atrevimiento de
poner una fotografía de una choza figurada de otro lugar para que nos hagamos
una idea.