Regalo de MORGANA

Regalo de MORGANA
Gracias por tu regalo, me hace ilusión y cada vez que lo miro te recuerdo.

martes, 5 de agosto de 2014

PAJARINO












Por esta zona extremeña ponemos la terminación "ino" a personas, animales y cosas para mostrar nuestro cariño. Al más pequeño de la casa le decimos chiquinino, a cualquier niño que le queremos reprender le decimos “tontino”.

El caso es, que, teníamos un pájaro canario y le llamábamos Pajarino. Siempre encerrado en su jaula saludaba al nuevo día con inquietos movimientos y silbidos.

Consulté a un presidente de la Asociación en Defensa de los Animales; mi pregunta misericordiosa fue: "¿qué si mi familia estábamos cometiendo un daño al pajarino por privarle de su libertad?". Él me contestó: "¡De ninguna manera! A ti te lo han regalado y estas aves están habituadas a esta vida".

Pajarino me conocía muy bien, se alegraba que pasara con él algunos ratinos en la terraza o balcón. Yo le enseñé dos sones de música a base de silbidos y él lo cantaba muchas veces. Si, muchas veces, hasta darse el caso que una vez yo estaba ausente de la vivienda, Pajarino silbaba mi ritmo y, mi mujer creída que era yo el que silbaba, al abrir el balcón se quedo sorprendida, era Pajarino el que imitaba mi canto.

Un domingo, Radio Nacional de España en Barcelona tenía como tema: las mascotas, llevaba el programa Nuria Guitar y su marido Magín Revilla, llamé para comentar mi relación con Pajarino; me pidieron que a través del teléfono repitiese ese sonido mío de canto, lo hice, y casi toda España creo -exagero pero era una franja horaria de mucha audiencia- que lo escuchó. Pajarino también me enseñó dos ritmos y, una vez cantaba yo el suyo y, otra vez él cantaba el mío.

Pajarino murió hace unos años por muerte natural, lo enterré en un nicho muy chiquinino en el terreno de mi chalé.

3 comentarios:

Marcos dijo...

Esos tiempos compartidos siempre quedan en el recuerdo. Se les toma cariño.

María Bote dijo...

Por ahora hace un año que se me murió mi pajáro "Currito" causándome gran desolación, pues su concierto de trinos todas las mañanas alegraban mi vida.

Tu entrada lo ha traido a mi recuerdo, amigo Goriot.

Ambos quisimos a nuestros "pajarinos"

Un abrazo.

Manuel dijo...

Un final triste, pero muy bonita tu historia. Ha sido un placer leerte.
Un abrazo.