Son gemelos fabricados con la
piel de una linda cabra de la
Isla de Formentera. Fundas suaves de mis extremidades que
soportan mi peso. Austeros cochecitos que desafían al viento: izquierda, derecha,
un, dos, tres, marcando el paso de las milicias. Obedientes servidores de mi
prisa. Barquitos de mar cuando se inunda mi calle. Puntapié de mi defensa.
Soportes alados que me llevan a otros lugares. Vagabundos sinceros sin brillo
exterior. Ritmo musical alternativo que al andar suena. Son ásperas sus suelas
como cortezas de mi almendro. Dos vagones de dedos apretados. Creadores de
nuevas palabras de la Z
a la A del
abecedario y patitos negros que pasean por el Parque.
Me he
tomado el atrevimiento de copiaros la prosa que publiqué en 2002 conjuntamente
con otras personas, en el libro titulado: TALLER DE LA POESÍA Y DEL RELATO.